En nuestra publicación anterior comentábamos sobre la alta prevalencia de esta condición en la población abierta, considerada la causa más frecuente de dolor crónico generalizado – 5.6% de todas las consultas de Medicina General, y hasta el 20% de las consultas de Rematología son casos de Fibromialgia. Sin embargo, también se estima que existe un subregistro de personas que aunque acuden a la consulta médica familiar aquejando dolor músculo-esquelético crónico y demás síntomas acompañantes, no son diagnosticados con Fibromialgia, sino que en muchas ocasiones se les deriva a las consultas de Psiquiatría para atender la supuesta «somatización» de los «problemas psicológicos» de estas personas.
¿Qué es la Fibromialgia?
Siendo el dolor espontáneo generalizado el síntoma más contundente de la Fibromialgia, en la que la exploración física con fines diagnósticos revela al menos once puntos localizados simétricamente en ambos lados del cuerpo, coincidentes con regiones músculo-tendinosas, y que resultan muy dolorosos a la digitopresión, el cortejo de síntomas acompañantes ensombrecen mucho más la calidad de vida de quienes la padecen: depresión/ansiedad, trastornos del sueño, rigidez en músculos y articulaciones al despertar en las mañanas, dolores de cabeza, cansancio crónico, fatiga severa y debilitante ante el menor esfuerzo, disminución de la líbido, colon irritable, dolores asociados a la menstruación, espasmos uretrales, sensación de hinchazón en manos y piernas, calambres musculares, hormigueos y sensación de extremidades «dormidas», cambios de humor, por mencionar los más frecuentes.
Se reconoce que es la población femenina en la que mayor prevalencia de este cuadro doloroso existe – cerca de un 6% de las mujeres -, mientras que entre los hombres está muy por debajo del 1%. Asimismo la edad en la que aparece es de notar: sobre los 45 años.
Y es que en las consultas adonde acuden estas mujeres de mediana edad con síntomas de Fibromialgia, ya se trate de una consulta de Medicina General o Familiar, o de Reumatología, adonde es frecuente ver personas con dolor, crónico o agudo, de origen reumático o traumático, articulaciones inflamadas, turgentes en algunos casos, en los que el dolor es tangible debido a las lesiones inflamatorias, es contrastante la presencia de estas mujeres aquejadas de dolor espontáneo generalizado y crónico, no vinculado a lesión inflamatoria, sino que muestran un aspecto totalmente normal. Eso sí: también se quejan de su mal dormir, de que no descansan, que no tienen ánimos para nada, ni para hacer las más simples tareas domésticas, de su nerviosismo y mal humor, de su tristeza y su cansancio.
Y es que tratándose de mujeres en pleno apogeo menopáusico, en las que su medio social, tanto laboral como familiar, la hacen depositaria de una fuerte carga física, psíquica y emocional – siendo la esposa que lleva la carga de las responsabilidades domésticas en un gran porciento de los hogares, la madre de tormentosos adolescentes, muchas veces poco cooperativos en las tareas del hogar, lo que supone una doble carga física para la mujer, quien después de su jornada laboral, llega a casa para comenzar su otra jornada: la del hogar, no supone un escenario precisamente relajado para la mujer, abrumada de responsabilidades y presiones de todo tipo; diría más: la hace más vulnerable en todo sentido. Sin dudas, es una etapa de la vida de la mujer extremadamente compleja, en la que la conjunción de tantos factores neuroendocrinos, cognitivos y conductuales, psicológicos y sociales, y los muy importantes conflictos emocionales, hacen pensar a los médicos en un cuadro psicológico en el que se evidencia una verdadera somatización de sus conflictos. Resultado: no son diagnosticadas adecuadamente, sino que son tratadas, o más bien, maltratadas al remitirlas a las consultas de Psiquiatría o Psicología, haciendo caso omiso a sus molestos síntomas físicos, y por tanto, no siendo atendidas en el manejo del dolor crónico.
Y entonces habría que preguntarse: ¿qué desencadena esta enfermedad? ¿por qué aparece mayormente en la mujer? ¿por qué a esa edad? ¿qué pronóstico le espera a una mujer con Fibromialgia?
En sucesivas publicaciones abordaremos esos aspectos de la Fibromialgia de un modo ameno y sencillo, para poder reconocer lo complejo de su esencia como enfermedad. ¡Hasta entonces, estimados lectores!